La clave es  el aprendizaje profundo (Deep learning)

El Deep learning es una metodología de entrenamiento de IA.  Básicamente se exponen modelos de entrenamiento a grandes cantidades de datos para que puedan reconocer patrones y con ellos empezar a aprender de ellos. En el caso de videovigilancia se mejora el procesamiento y el análisis de las imágenes captadas por las cámaras. De esta forma, cualquier sistema modernos en este momento ya puede:

– Detectar objetos, personas, situaciones o eventos específicos de forma automática y precisa. Por ejemplo, localizar y clasificar objetos como vehículos, armas, maletas, etc

– Realizar búsquedas inteligentes basadas en metadatos como género, edad, expresión facial, etc.

– Reconocimiento de rostros verificando la identidad de una persona a partir de su rostro. Aunque yendo un poco más allá, incluso identificar estados de ánimo o las reacciones de una persona frente a por ejemplo un producto o una situación.

– Reducir las falsas alarmas y optimizar el uso de los recursos humanos y técnicos, por ejemplo, cuando se entrena una IA en la detección de anomalías, como situaciones que se salen de lo normal en una región de vigilancia, generando posibles alertas en tiempo real.

– Leer, identificar y exportar información útil para la toma de decisiones o la mejora de procesos. Desde placas de vehículos y códigos de barra de facturas, hasta documentos procesados a velocidades increíbles.

– Detección de movimiento: permite detectar cambios en la escena o el movimiento de personas u objetos.

¿Debemos asustarnos ante el uso de IA en CCTV?

 Este es un tema que genera debate y controversia. Por un lado, se argumenta que el CCTV contribuye a la seguridad y prevención de delitos, al permitir identificar y capturar a los infractores, ahorra tiempo, esfuerzo y dinero al mejorar las condiciones de un sistema de CCTV.

Por otro lado, se cuestiona el impacto del CCTV en la privacidad y los derechos de las personas, al exponerlas a una vigilancia constante y sin su consentimiento, aquí unos pros y contras para que cada uno llegue a una conclusión por su cuenta.

A favor:

– Disuadir a los potenciales delincuentes de cometer actos ilícitos, al saber que pueden ser grabados y sancionados.

– Facilitar la investigación y resolución de casos criminales, al proporcionar pruebas visuales de lo ocurrido.

– Mejorar la sensación de seguridad y confianza de la ciudadanía, al percibir que hay un control y una protección efectiva.

En contra:

– Ignorar la la intimidad y la dignidad de las personas, al registrar sus actividades y comportamientos sin su conocimiento ni autorización.

– Abusar o mal utilizar la información obtenida por el CCTV, ya sea por parte de las autoridades o de terceros con fines ilícitos o inapropiados.

¿Qué podemos hacer para un manejo apropiado?

Informar y consultar a las personas sobre la instalación y el funcionamiento del CCTV, así como sobre sus derechos y obligaciones al respecto, es sin duda lo primero que muchos representantes de la industria y la sociedad piensan al respecto.

Esto está directamente relacionado con legislaciones claras y específicas para regular el uso del CCTV. Sin embargo, esta mas que demostrado que las regulaciones siempre van muy atrás de los cambios tecnológicos.

Obviamente no existe una respuesta única ni definitiva a la pregunta sobre si es ético o no utilizar este sistema. Como todo herramienta, la intención con que se use es el punto crucial.  ¿Qué opinas al respecto?